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Cuba, una isla del Caribe secuestrada por las ansías de poder

En 1950, una isla ubicada en el Mar del Caribe y frente a las costas de Florida, era considerada como uno de los países más prósperos de la región. Además, era conocida como “Las Vegas Latina”, donde el glamour y la diversión provenían de los casinos y las playas, del tabaco y el ron, de tener el mayor número de autos, televisores y cines de América Latina. La gran isla de Cuba, una isla con belleza y peligro.



Si se analizan los indicadores económicos de ese entonces, Cuba caminaba hacia el desarrollo, en palabras del economista Carmelo Mesa-Lago, “para 1953, el 76,4% de la población sabía leer y escribir, ocupando el cuarto lugar de América Latina en índices de alfabetización. En 1957, el país se ubicaba en el primer lugar de la región con menor mortalidad infantil y con el mayor número de médicos y camas por habitante, en los hospitales. Y, para 1958, un año antes de la revolución el Producto Interno Bruto (PIB) por habitante ocupaba el tercer lugar de la región, y la tasa de inflación era cero”.


Sin embargo, pese al crecimiento económico, la isla se convertía en la silenciosa protagonista de una plaga que se iba esparciendo por todo el país: La corrupción. La que contribuyó al incremento de la desigualdad social, especialmente entre la zona urbana y la rural. "La mortalidad infantil era el doble en el campo que en la ciudad. Si el analfabetismo en la ciudad era del 11%, en el campo era del 40%” señala Mesa-Lago. Esta era la otra cara de la moneda que no se evidenciaba en esos indicadores de éxito.


Después de todo ese crecimientos económico y de la corrupción las altas tasas de desempleo que afectaban a los menos favorecidos; la concentración de la propiedad de las tierras en manos de unos pocos que impedía a los campesinos crecer, el control del comercio exterior por Estados Unidos que limitaba el desarrollo de la clase media cubana, los altos niveles de prostitución infantil, el abandono de los campesinos, entre otros factores, se convirtieron en el día a día de los cubanos.


A esta crítica situación se sumó el golpe de estado que protagonizó Fulgencio Batista (1952), un general que había gobernado Cuba de forma democrática entre 1940 y 1944, considerado por muchos historiadores como el detonante de la revolución cubana.


Es así que el primer día de 1959, un grupo de jóvenes de clase media, cansados del status quo, se lanzó a hacer no sólo lo que llamaban un cambio político sino a querer democratizar el país en aras de la igualdad. Este grupo encabezados por Fidel Castro,inició la Revolución cubana, alzándose contra Batista y contra lo que llamaban el imperialismo americano. Contando con el apoyo de la Unión Soviética, Cuba instauró el primer gobierno comunista del hemisferio occidental.



Y si bien en un primer momento de la Revolución, se apreciaron ciertas mejoras en educación, atención sanitaria y bienestar social, estas no pudieron mantenerse en el tiempo, más aún después de que la economía cubana colapsara debido a que su aliado Rusia dejará de ayudarlos, a inicios de los años 90. Es así que el sueño de la revolución cubana se convirtió en pesadilla y más que alcanzar el desarrollo del país a través del triunfo del comunismo, la Revolución cubana ha significado más de 60 años de vulneración de las libertades básicas y de los derechos humanos de sus ciudadanos, así como el aislamiento del país del resto del mundo y un empobrecimiento a niveles mucho más grandes que los alcanzados antes de la revolución. Esta triste situación ha significado, entre muchas otras cosas, la huida de la isla, hacia Estados Unidos, de más de un millón de cubanos.


Sin embargo, el modelo comunista sigue instaurado en la isla y al parecer no hay indicios de cambio. En febrero del 2008 y luego de 49 años, Fidel Castro cedió el gobierno a su hermano Raúl Castro, quien continuó con el régimen comunista en el país hasta el pasado 23 de abril, en el que a los 89 años de edad, ha cedido el poder en favor de Miguel Díaz-Canel, primer secretario de la formación, líder comunista entrenado durante muchos años para suceder a los hermanos Castro y mantener el régimen de opresión instaurado en Cuba.

Después de 60 años, la pregunta que queda pendiente de responder es si el modelo comunista ha logrado resolver los grandes males que aquejan a Cuba antes de la revolución. La respuesta salta a la vista…


Sol. A

 

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